jueves, 27 de marzo de 2014

TERRANOVA (RAZA DE LA SEMANA)





El terranova es un perro grande, robusto, de pelo largo. Su pelaje es normalmente negro, sin embargo existen también animales marrones o blanco-negros. La característica más significativa del terranova es un carácter extraordinariamente amable y cariñoso. Esta propiedad lo convierte en un perro ideal para la familia con todas sus ventajas.
 A pesar de su apariencia enorme se mueve sin esfuerzo y con fuerza. Le encanta el agua y generalmente puede criarse, gracias a su pasión innata por el arrastre, como un buen perro de salvamento en agua. El terranova necesita sin falta de contacto familiar, sin el cual perdería su maravilloso carácter. Y, por supuesto, precisa también de todo el cuidado necesario en cualquier perro de largo pelaje.
Se ha hecho famoso por su ímpetu de salvamento. Son muchos los náufragos que deben su vida a un terranova. El Terranova consta como una raza canina muy vieja, cuyas raíces se pierden en la oscuridad de la historia. Se cree con seguridad, sin embargo, que el tipo insular original criado por los nativos de Terranova se mezcló con los perros traídos por los navegantes y colonos europeos a partir de lo cual se desarrollaron terranovas negros y (más raramente) marrones formando un base genética muy estable. A principios del S. XIX fueron introducidos dichos perros en Europa a través de Inglaterra y Francia. Un perro imponente, enorme y fuerte que despierta la impresión de un perro inteligente que se desplaza con facilidad e ímpetu. Cuenta con una cabeza expresiva y noble con stop de fuerza media, tallado en forma de almendra, ojos marrón oscuro con expresión amable. Su espalda ancha y plana con grupa bellamente redondeada y su pecho hondo y ancho contribuyen esencialmente a una impresión general de armonía. Además de unos cuartos delanteros correctamente sentados y unos cuartos traseros de arco bien definido. El pelaje es liso y largo, los cuartos delanteros bien acolchados, los traseros abundantemente peludos.
Hoy en día se conocen tres variantes de color: negro, marrón castaño y blanco-negro. La altura de los hombros del macho mide por regla de 65 a 75 cm., en las hembras de 62 a 70 cm. Los huesos extraordinariamente robustos, el relieve de la cabeza, así como el espeso pelaje otorgan a este perro un aspecto parecido al de un oso.
El carácter del terranova es cariñoso, tranquilo y equilibrado. Todo su amor lo regala a su dueño y familia, a quienes sirve con gran apego y fidelidad, y se destaca especialmente por su cuidado de los pequeños niños. Su inteligencia y vivacidad le proporcionan respeto dentro de su entorno. Frente a otros perros es pacífico, aunque dispuesto a defenderse en caso de ser atacado. El terranova es considerado por ello y con razón como un “aristocrático entre los perros”. Pero, ¿es que este perro sólo tiene buenas cualidades y ninguna mala? Podría preguntarse algún lector. Seguro que existen también terranovas cuyo carácter deje que desear. Pero es más bien extraño que nazca un perro de esta raza con mala predisposición; en la mayoría de casos el problema radica en una mala crianza y cuidado que puedan conducir a crearle un mal carácter. Un viejo proverbio dice: “Como el dueño, así su vasallo”. Quien se decida por un terranova deberá convencerse primero de que posee los presupuestos necesarios para el mantenimiento de este perro. Las personas nerviosas, irritables o irascibles no son buenas compañeras para estos perros. Sólo donde exista amor verdadero a los animales y entendimiento para los requisitos que esta cría conlleva, allí se cumplirán las condiciones óptimas para que el señor (o familia) y su perro sean felices. El “oso” entre los perros no es un peleón o mordedor, ni un atacante. Pero en caso de peligro, que éste sabe reconocer bien y enseguida, estará siempre dispuesto a proteger a los suyos. Siempre se esforzará a repartir justamente su apego a todos los miembros de la familia, y hacia los niños desarrolla una especial inclinación. Si alguna vez alguien puede llamar a un terranova como el suyo, podrá sentir el profundo valor que tiene viajar por la vida con un camarada canino como éste.
La crianza de un terranova es, gracias a su inteligencia y rápida compresión de las cosas, relativamente sencillo. Para un perro tan fuerte e imponente se entiende de por sí la necesidad de trasmitirle un mínimo en educación, “Consecuencia y regularidad son los pilares para una convivencia armónica entre perro y hombre”. Para el mantenimiento del terranova se necesita espacio. Corriendo libre por “su” terreno o en la casa, en el caso de que deba de quedarse alguna vez solo, se sentirá más a gusto que en la perrera. Esto excluirá por tanto su tenencia en una pequeña vivienda de pisos. Él necesita movimiento, aire fresco, viento, lluvia y sol, aunque de este último no excesivamente. En verano deberá buscársele un puesto  a la sombra resguardado del sol. El contacto duradero, el “estar ahí”, aun cuando sólo sea con la vista, es lo más importante para el perro. La mayor alegría que se le puede ofrecer es cuando al darle un largo paseo se le ofrece la oportunidad de nadar y bucear. Qué... ¿le hemos despertado la curiosidad de conocer de más cerca al terranova? Infórmese a través de los criadores en las exposiciones o participe en alguno de los muchos encuentros, excursiones y actividades.
A la hora de comprar un terranova ponga especial atención en el árbol genealógico y pertenencia a un club canino de raza, pues este documenta la limpieza de raza del perro y el origen de un criador o perrera controlados según estrictos puntos de vista. Visite alguna vez un criadero, infórmese ampliamente a través de nuevas lecturas sobre el mantenimiento, cuidado, crianza y alimentación – hasta que usted mismo y su familia se conviertan en propietarios de uno de estos “osos”.

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