Cuando la hembra pare la camada, hay una observación muy importante que debemos tener en cuenta, y es que debemos asegurarnos de que la madre tenga suficiente leche para todos sus retoños; si el número de mamas fuera inferior al de cachorros, sucedería que los más fuertes no dejarían mamar a los más débiles de la camada. Entonces nos ocuparemos nosotros de ir cambiando de lugar a los más indefensos, para conseguir así que todos se alimenten por igual.
Después del parto, las hembras pueden correr peligro de sufrir hipocalcemia, una peligrosa bajada de calcio. Deberemos controlar que la región mamaria de la perra se mantenga blanda, ya que sí notamos algún tipo de endurecimiento deberemos darle algún producto para ablandar las mamas.
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